martes, 9 de noviembre de 2010

La idea no es estudiar poesía francesa en un programa comprimido de literatura y que las obras literarias sólo las gocen los autores. La idea es aportarle algo a la humanidad que se lea en su gramática. ¿El arte es sólo un entretenimiento más que se pierde en el vacío? Ganarse al pueblo encima también es imposible. ¿Y escribir historias? Más imposible aún, las traducciones de textos arcaicos se asemejan a las producciones contemporáneas de los autores que reescriben. Todos se copian. Todos copian. Todos. Circula y se acepta, lo que el pueblo caprichoso quiere: lo que los medios dominantes perversos le dicen que quiera.
En mi soledad estoy tranquilo, en mi ininteligencia estoy sólo. Nunca más escribiré un poema de amor ni seré un escritor reconocido, de nada sirve. La vida no existe, la fama no existe. El vacío existencial les pesa a los que son conscientes, a los que de verdad existen. Nada más a ellos les pertenece el mundo, pero el mundo tampoco existe.

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